Cambiar el sistema no el clima
Mientras nos preparamos para el contra-foro de Cancun, en la comunidad de Villa Satélite, Bolivia, empieza un camino concreto para la gestión del ciclo integrado del agua, como respuesta a la crisis ambiental y a los desastres ecológicos
Hace cuatro años atrás, en abril de 2006, mujeres, hombres, niños y ancianos de Villas de Chilimarca, una comunidad periurbana de la ciudad de Cochabamba en el corazón de los Andes Bolivianos, empezaron a trabajar con palas y picotas para la construcción de la red de alcantarillado: un camino construido por trabajo comunitario, reuniones y asambleas para dar solución a una necesidad fundamental: el saneamiento básico. Esto implicó dos años de incansable labor buscando una solución al tratamiento de las aguas residuales, proceso en el cual la comunidad llegó a definir una alternativa compartida, ecológica y sostenible: la fitodepuración.
Festejando el 28° Aniversario de Villa Satélite, la parte más al norte y pobre de la comunidad, recordamos recientemente el largo camino hecho mientras se sigue trabajando para realizar el primer módulo de fitodepuración, un proyecto piloto destinado a concretar el ciclo integrado del agua. Las aguas residuales de la comunidad, recolectadas por la red de alcantarillado, se llevarán a la planta de fitodepuración donde se realizará el tratamiento basado en tres procesos: filtración física, transformaciones químicas y biológicas. El agua tratada se reutilizará para el riego, cerrando de esta forma el ciclo del agua dentro de la propia comunidad, que será la responsable de la gestión y administración de todo el sistema, la red de alcantarillado y la planta de tratamiento, de forma plenamente autónoma.
El proyecto, financiado con fondos de la cooperación descentralizada de la Provincia de Trento, Italia, y con un financiamiento del programa "Water and Sanitation for Cities in Latin America and the Caribbean" de ONU Habitat, prevé la integración de las labores de construcción de la planta con actividades de formación y educación ambiental coordinadas con la Escuela Andina del Agua, una instancia que promueve la recuperación y valorización de conocimientos y tecnologías andinas. Esto está planteado no sólo como una representación de la identidad andina, sino también como la promoción de una alternativa viable y eco-sostenible a los diferentes problemas ecológicos relacionados con riego, purificación y tratamiento del agua.
Pronto comenzarán las actividades educativas en la escuela de la comunidad Villa Satélite, las cuales se realizarán en colaboración con Onu Habitat, según el módulo “Educación en Agua y Saneamiento basada en los Valores Humanos (HBVWSHE)”, una propuesta de educación ambiental para mejorar los comportamientos relativos al uso del agua, articulada con los principios de la cosmovisión andina y con las experiencias de la Escuela Andina del Agua para la promoción de un estilo de vida más sostenible.
El proyecto cuenta con otro componente novedoso: la cuestión de género y agua. Con la consultoría de la Alianza de Género y Agua (Gender Water Alliance - GWA), se realizarán distintas actividades con el enfoque de género, garantizando igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres respecto a su participación equivalente en el proyecto e incorporando a las mujeres en la toma de decisiones, a fin de promover igualdad en los beneficios generados por el proyecto y sus impactos.
Por último, todo lo planteado también ha sido pensado mirando al pasado, a las tradiciones y a los usos y costumbres de la cultura andina, como por ejemplo al “Chacha-Warmi”, concepto andino que designa la complementariedad entre mujeres y hombres.
Se trata en definitiva de un pequeño proyecto que puede servir como ejemplo para otras realidades periurbanas, lejanas o no tan lejanas a Villa Satélite, precisamente en el momento en que la ciudad de Cochabamba está enfrentando una crisis ocasionada por la ineficiencia de la planta municipal de tratamiento de las aguas residuales
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Cochabamba 18 de noviembre de 2010